lunes, 27 de enero de 2025
Las algas son organismos que pueden ser encontradas en prácticamente cualquier parte de la Tierra, sin embargo, las algas marinas han emergido como un recurso valioso en la agricultura que desempeñan un papel crucial debido a sus múltiples beneficios y aplicaciones.
Estas plantas acuáticas, que incluyen tanto microalgas como macroalgas, son una fuente rica de nutrientes y compuestos bioactivos que pueden mejorar la salud del suelo, la productividad de los cultivos y la sostenibilidad agrícola.
El mercado de las algas marinas en la agricultura está en constante crecimiento debido a la constante demanda de productos agrícolas sostenibles y la presión que existe por reducir el uso de insumos químicos, por lo que se espera que este sector siga expandiéndose, con un aumento en la inversión en investigación y desarrollo para maximizar el potencial de las algas marinas en este campo.
Dentro de los beneficios de su uso en los sistemas de producción, se destaca el aumento de la Fertilidad del Suelo, algunas algas son ricas en nutrientes esenciales, como nitrógeno, fósforo y potasio, así como micronutrientes que estimulan el crecimiento de las plantas. Por otro lado, se sabe que mejoran el metabolismo vegetal por su contenido de diversos compuestos bioestimulantes que fomentan el crecimiento radicular y mejoran la resistencia al estrés abiótico (sequía, alta salinidad, etc.), algunas contienen compuestos que son capaces de actuar como señalizadores para activar los mecanismos de defensa de las plantas.
Para obtener los máximos beneficios del uso de estos bioestimulantes es necesario saber que existen factores clave como el tipo de alga y el lugar de origen, que determinan su composición, ya que cada especie posee diferentes perfiles, entre las más usadas se destacan: Ascophyllum nodosum, un alga parda que se encuentra en las costas del Atlántico Norte; Laminaria spp. que al igual que Ascophyllum pertenece a las algas pardas y se caracteriza por crecer en aguas frías; la Spirulina (Arthrospira platensis) que se encuentra dentro de las algas verde-azul y se cultiva en aguas dulces y saladas; Chlorella spp. es un alga verde que crece en agua dulce y es rica en clorofila.
Otro punto clave que determina la calidad de la formulación a usar, es el tipo de extracción, pues esto influye directamente en la preservación y concentración de los compuestos bioactivos, un proceso de extracción adecuado puede maximizar la eficacia del producto final, asegurando que los beneficios de las algas se mantengan intactos y sean aprovechados al máximo, además de que también puede ayudar a mantener la compatibilidad con otros productos para lograr una integración de herramientas que nos lleve a la optimización de los recursos e incrementar el rendimiento agrícola.
Si bien, no existe una especie de alga que sea la “mejor”, es necesario tener claro cuál es el objetivo de la aplicación para seleccionar el material con la especie de alga que cubra dicha necesidad.
En general, Ascophyllum nodosum es una de las más utilizadas y valoradas en la agricultura debido a su rica composición de metabolitos y eficacia, pero la elección final debe basarse en las necesidades específicas de cada situación (mejora del suelo, mayor absorción de nutrientes, activación de rutas metabólicas, activación de mecanismos de defensa, mejor respuesta al estrés, etc.).
Lo que es innegable es que el uso de las algas marinas no solo representa una oportunidad para mejorar la fertilidad del suelo y aumentar la productividad de los cultivos, sino que también se alinea con las tendencias actuales hacia prácticas más sostenibles y amigables con el medio ambiente, lo que las convierte en un recurso esencial para enfrentar los desafíos agrícolas del siglo XXI.
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