miércoles, 23 de abril de 2025
Un cereal de importancia alimentaria para México es el trigo (Triticum aestivum y T. turgidum var. durum), éste es ampliamente cultivado e importante para la dieta alimentaria, que se considera un alimento completo y de alto aporte energético. De éste grano los agricultores nacionales cosechan dos variedades importantes: cristalino y panificable; el primero se utiliza principalmente para producir pastas (55.8%) y el segundo sirve como insumo en la panificación (44.2%). Según datos de la SAGARPA, los principales estados productores del cereal son: Sonora, Baja California, Sinaloa, Guanajuato y Michoacán. Este cereal ha aportado el 12.9 por ciento del volumen nacional de granos que se producen en el país, y el valor total de este producto ha llegado a 14 mil 167 millones de pesos, donde el 85 por ciento del volumen total se obtiene durante los meses de mayo y junio. Actualmente, los productores viven una crisis de precios en los mercados internacionales, desplomándose la superficie en el territorio nacional.
Dentro de los principales insectos y enfermedades que afectan al cultivo del trigo son el pulgón del follaje (Schizapis graminum) y la roya (Puccinia triticina E).
Los áfidos o pulgones representan uno de los grupos donde se incluyen algunas de las plagas agrícolas más importantes. A nivel mundial se han identificado 4,000 especies de “áfidos”- pulgones, de los cuales 500 son perjudiciales para los cultivos (CropLife). Los pulgones son organismos pequeños, que su tamaño oscila sobre 1-10 milímetros, su coloración es variada y principalmente verdes, amarillos o negros. Generalmente son lisos, aunque a veces pueden tener manchas. El cuerpo es blando de forma ovoidal, sin distinción evidente entre las distintas regiones (cabeza, tórax y abdomen). Pueden ser ápteros (sin alas) o alados.
Pulgón verde de los cereales (Schizaphis graminum)
Ataca al trigo desde su nacimiento hasta encañazón (macollo) formando colonias y se ubica en el envés de las hojas. Los mayores daños se observan durante las dos semanas posteriores a la emergencia de las plántulas. El ataque en el cultivo se caracteriza, en un comienzo, por la presencia de manchones amarillos. Los pulgones son favorecidos por temperaturas inferiores a 20º C y tiempo seco, no siendo afectados por las heladas. Suelen aparecer desde la emergencia hasta la maduración.
Los pulgones causan daños directos en el desarrollo deficiente del cultivo, reducción del rendimiento y en algunos casos la pérdida total de la cosecha, debido a que succionan el floema de las plantas introduciendo un estilete que les permite perforar el tejido epidérmico del tallo de las plantas. Además, incorporan saliva tóxica y extraen grandes cantidades de savia lo que provoca clorosis, manchas y muerte de hojas. Tanto las ninfas como los adultos sacan nutrientes de la planta y alteran el balance de las hormonas del crecimiento lo que debilita a las plantas y detiene su crecimiento.
El segundo tipo de daño es indirecto y se observa cuando las plagas presentes en el cultivo son transmisoras de virus, debido a que además de causar daños directos por la succión de savia (los cuales secretan un líquido dulce conocido como mielecilla), pueden ser trasmisores de enfermedades virales. El autor Peña-Martínez (1992) señala que en México Metopolophium dirhodum (Walker), Rhopalosiphum padi (L), Rhopalosiphum maidis, (Fitch) y Schizaphis graminum (Rondani) trasmiten virus persistentes a la enfermedad conocida como “achaparramiento amarillo de los cereales”.
En cuanto a sus ataques son otoñales y afectan a los cultivos en los primeros estadios, desde el de plántula hasta encañazón. Ocasiona un daño cuya severidad depende del grado de desarrollo de los cultivos y la densidad poblacional de la plaga. En ataques tempranos, las plántulas de trigo pueden ser destruidas por completo. Cuando el cultivo se encuentra más desarrollado las pérdidas ocasionadas por esta especie son variables (de entre el 25 a 60 %) dependiendo de las condiciones climáticas y el estado del cultivo. Además S. graminum es vector del virus del enanismo amarillo de la cebada (VEAC).
Control de Pulgón verde de los cereales (Schizaphis graminum)
Es deseable hacer un manejo integrado de la plaga, combinando distintas medidas preventivas y de control. Para esto deben aplicarse prácticas preventivas como la eliminación de malezas y hacer un manejo adecuado del riego y el drenaje del suelo para que las raíces tengan un hábitat adecuado; así como evitar prácticas muchas veces innecesarias como las podas drásticas en caso de especies arbustivas y arbóreas que debilitan a las plantas. En caso de control químico, el criterio de decisión debe contemplar el umbral económico específico de cada especie y el estado fenológico del cultivo. Así mismo hacer uso de mezcla con productos convencionales con biorraciones que ayuden a incrementar el control sobre la plaga y a reducir la resistencia de ingredientes activos con perfil químico.
Dentro de los insecticidas para el control químico del pulgón verde del trigo se encuentra la mezcla de dos potentes insecticidas con diferentes mecanismos y modos de acción: Imidacloprid (228 g/l) y Lambda cyhalotrina (100 g/l.).
Este es un insecticida formulado como solución concentrada, de amplio espectro, recomendado para el control de pulgón en el trigo, que actúa por contacto con un rápido poder de derribe, por ingestión y también tiene efecto de repelencia y acción antialimetaria. También tiene una actividad sistémica que permite controlar plagas que se alimentan de los tejidos vegetales.
Roya del trigo (Puccinia triticina)
Otro de los problemas importantes a los que se ha enfrentado este cultivo es la roya de la hoja causada por Puccinia triticina E., una enfermedad ampliamente distribuida y devastadora en México y en el mundo.
En México, la roya de la hoja es la más importante en trigos duros o cristalinos (Triticum turgidum var. durum) y la población de P. triticina es muy variable, compuesta por muchas razas, con distinta combinación de genes de avirulencia/virulencia.
Puccinia es el género más grande de hongos de roya y actualmente contiene aproximadamente 4,000 especies. P. graminis, P. striiformis y P. triticina representan linajes distintos que afectan las estructuras aéreas de la planta. Sus daños pueden causar pérdidas hasta de 84 % del rendimiento ya que sus infecciones tempranas provocan una disminución significativa en el número de granos por espiga, el peso y la calidad del grano.
Referente a la epidemiología de Puccinia triticina, lla enfermedad puede desarrollarse a finales de otoño o iniciando el invierno siempre y cuando haya una combinación de humedad durante noche y temperaturas adecuados. Los uredinos de la roya de la hoja se desarrollan a partir del inóculo transportado por el aire de manera exógena así se observan infecciones en las hojas superiores y a partir de ahí se van infectando las hojas nuevas y cuando esto sucede hay una propagación más rápida de la enfermedad. El inóculo de la roya puede ser en trigos mostrencos y zacates que se encuentran en los cultivos aledaños a manera de malezas. Puccinia triticina requiere períodos de rocío de tres horas en promedio a temperaturas que oscilan los 20 °C para causar infección, pero provoca mayor número de infecciones cuando el período de rocío es más prolongado. Inicia su biología cuando el tubo germinal se desarrolla a lo largo de la superficie foliar del trigo hasta que llega ésta invasión a un estoma, se forma entonces un apresorio, seguido inmediatamente por un desarrollo de un gancho de penetración y una vesícula subestomática en la que crecen las hifas primarias del micelio. Aparece una célula madre del haustorio contra las células del mesófilo y se produce la penetración directa. Es entonces cuando las uredias entran en etapa de esporulación formándose las uredosporas. El periodo entre la germinación de las esporas y la esporulación puede abarcar 7 a 10 días cuando las temperaturas son óptimas y constantes, pero con temperaturas bajas (10 a 15 °C) se requieren periodos más prolongados incluso del rocío que debe ser más allá de 10 horas. La liberación de las uredosporas se facilita con las corrientes de aire reinfectándose trigales libres de la roya. Al final de la estación las telias entran en etapa de esporulación y dependiendo del manejo fitosanitario de la enfermedad se determina el nivel de infección alcanzado. Es común que las más grandes epifitias se produzcan cuando la hoja bandera se infecta antes de la antesis llegándose a producir la muerte de la planta.
Las pérdidas en el rendimiento son de gran impacto económico en la producción de trigo, motivo por el cual se requiere el empleo de diferentes estrategias para el control de la enfermedad. El manejo integrado es el más adecuado, ya que combina las prácticas de cultivo, el uso de variedades resistentes y/o la aplicación de fungicidas. El manejo de las fechas de siembra, la frecuencia y la cantidad de riegos y aplicaciones de fertilizantes pueden ayudar a combatir las enfermedades. La eliminación del rastrojo mediante la labranza o la eliminación de plantas voluntarias varias veces durante en el ciclo en el que se cultiva trigo, también se utiliza para determinar las infecciones. Dentro de los fungicidas sistémicos empleados para el control de la roya se encuentra el grupo de los triazoles, Tebuconazole al 25%, un fungicida sistémico acropétalo de rápida absorción permitiendo que después de aplicado se encuentre de 1 a 2 h dentro del cultivo y tiene un efecto duradero permitiendo buen control sobre las infecciones de la roya. Este es un fungicida que está recomendado para el control de Puccinia triticina en trigos y Pyrenophora teres en Cebada de manera preventiva y curativa. Por su formulación con aceites de origen natural le confieren una alta compatibilidad con otros productos para el control de plagas de tipo insectil como pulgones y gusanos.
Trigo