miércoles, 24 de septiembre de 2025
Ante los desafíos actuales que enfrenta la agricultura en el Bajío —como el agotamiento de los recursos hídricos, la degradación del suelo y los impactos del cambio climático— CIMMYT y HEINEKEN México han unido esfuerzos para impulsar una producción sustentable de cebada, alineada con los principios de la agricultura regenerativa. Esta colaboración se enmarca en el proyecto Cultivando un México Mejor, una iniciativa que busca fortalecer las capacidades de los productores, mejorar la rentabilidad del cultivo y contribuir al bienestar de las comunidades rurales a través de prácticas responsables con el ambiente.
Desde 2019, este trabajo conjunto ha permitido validar e implementar tecnologías y recomendaciones técnicas que favorecen la conservación de los recursos naturales, al tiempo que mejoran la productividad y calidad de la cebada maltera. A partir de la experiencia generada en campo, te compartimos estos tips derivados de esta colaboración para lograr una producción más eficiente, rentable y ambientalmente consciente.
Agricultura de conservación
Mantén cobertura de rastrojo en el suelo y reduce la labranza para conservar la humedad y mejorar la salud del suelo.
Rota cultivos, por ejemplo, sembrar cebada sobre residuos de sorgo o maíz favorece la estructura del suelo y disminuye la presión de plagas y enfermedades.
Riego inteligente
Implementa riego tecnificado y monitorea la humedad del suelo con sensores para aplicar el agua justo cuando el cultivo lo necesita.
En las parcelas participantes se ha logrado un ahorro de hasta el 30 % de agua por ciclo, lo que representa más de 5.7 millones de metros cúbicos desde el inicio del proyecto.
Variedades mejoradas
Utiliza variedades adaptadas al Bajío que resisten estrés hídrico y ofrecen buena calidad maltera, como Brennus, L11171, L11126 y Prunella .
Estas variedades permiten mantener rendimientos estables incluso en condiciones de menor disponibilidad de agua.
Esquemas de siembra eficientes
Emplea camas anchas de 1.60 m con siembra en doble o triple hilera, lo que mejora la distribución del cultivo, reduce el uso de insumos y favorece la sanidad del cultivo.
Se recomienda sembrar de 6 a 7 hileras por cama (de 150 a 160 cm) o bien 3 hileras por surco en espacios de 75 u 80 cm.
Ajusta la densidad según la fecha de siembra y tipo de variedad: En siembras tempranas (del 25 de noviembre al 15 de diciembre), utiliza 100 a 110 kg/ha. En siembras tardías, incrementa la dosis a 110 a 120 kg/ha.
Estas prácticas permiten reducir el uso de semilla, mejorar la aireación entre plantas, disminuir el acame, y facilitan un uso más eficiente del agua y los agroquímicos.
Manejo integrado del cultivo
Aplica prácticas agroecológicas para el manejo de malezas y enfermedades.
Usa tratamientos preventivos como el recubrimiento de semilla con biocontroladores (Trichoderma) y realiza fertilizaciones líquidas en etapas clave del cultivo.
Tecnología de precisión
Utiliza drones para monitorear el estado del cultivo y detectar oportunamente zonas con deficiencias o estrés.
Incorpora herramientas de agricultura de precisión como la fertilización variable o los sensores de humedad para hacer un uso más eficiente de los insumos.
¿Por qué aplicar estos tips?
Uso racional del agua: Hasta el 30 % de ahorro por ciclo agrícola.
Reducción de costos: Se han identificado ahorros de hasta $6 000 MXN/ha sin sacrificar el rendimiento.
Mejora en la calidad del grano: Los esquemas de manejo favorecen mejores parámetros de peso hectolítrico y proteína.
Alineación con cadenas responsables: Las prácticas sustentables abren oportunidades para integrarse a esquemas de proveeduría con valor agregado.
Cebada