Investigaciones en maíz y trigo demuestran incrementos en la biodiversidad del suelo y la calidad de los cultivos en México

jueves, 5 de diciembre de 2024

En el marco del Día Mundial del Suelo, que este año se celebra bajo el lema “Cuidar los suelos: medir, monitorear y gestionar”, Syngenta, en alianza con científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, presenta los avances logrados en la mejora de la salud del suelo y la biodiversidad. Los estudios realizados como parte de LivinGro®, el programa de la compañía para mejorar la salud del suelo y promover un desarrollo más sostenible de los cultivos, han mostrado resultados relevantes que apuntan a un futuro más resiliente para la agricultura mexicana.

“Entre 2021 y 2024, se realizaron experimentos simultáneos en los cultivos de maíz (Texcoco) y trigo (Sonora) en los campos del Centro de Investigación de Mejora de Maíz y Trigo (CIMMYT), donde se observó un aumento significativo en la diversidad de las comunidades bacterianas y fúngicas, un indicador crucial para la salud del suelo. En el cultivo de maíz en Texcoco, la diversidad microbiana aumentó en particular con las especies asociadas a carbono, metano o absorción de nitrógeno o fósforo, a pesar de los retos que presentó la reducción de la humedad en los tres ciclos agrícolas” destacó David Espinoza, coordinador de Sostenibilidad para Mesoamérica de Syngenta.

En el caso de Sonora, los resultados también fueron destacables: la diversidad bacteriana fluctúo, alcanzando su valor máximo antes del segundo ciclo y su mínimo antes del tercero. “En cuanto a las comunidades fúngicas, el estudio indicó que los géneros dominantes en ambas regiones mostraron una mayor adaptabilidad frente a los cambios en el ambiente, lo que fortalece la resiliencia de los cultivos”, señaló Espinoza.

El suelo es un recurso vital para la humanidad, ya que el 95% de los alimentos del planeta provienen de él, y alberga el 25% de la biodiversidad global. Además, los suelos tienen la capacidad de almacenar hasta cuatro veces más carbono que la vegetación terrestre, lo que los convierte en un elemento clave en la lucha contra el cambio climático. Este dato subraya la urgente necesidad de adoptar prácticas agrícolas regenerativas y sostenibles que protejan y restauren los suelos, garantizando así la seguridad alimentaria y la preservación de nuestros ecosistemas.

Investigaciones como las que realiza la compañía no solo son cruciales para la biodiversidad o la salud del suelo, sino que también revelan cómo las comunidades microbianas contribuyen a procesos fundamentales como la fijación de nitrógeno, la solubilización de fósforo, la oxidación del metano y la captura de carbono; actividades esenciales para la fertilidad del suelo, la productividad de los cultivos y el desarrollo de la agricultura.

“Los resultados obtenidos en los estudios realizados en Texcoco y Sonora validan el impacto positivo de proyectos de mejora de salud de suelo como LivinGro® en diversos aspectos cruciales de la salud de este importante recurso. Entre sus beneficios se incluyen la mejora de la estructura del suelo, incrementando la porosidad y la aireación, lo que facilita la retención de agua, reduce la compactación y aumenta el carbón orgánico del suelo lo que se traduce en la disminución de la huella de CO2 de la actividad agrícola” agregó Espinoza.

“El Día Mundial del Suelo es una oportunidad para reflexionar sobre el papel vital que el suelo juega en nuestra seguridad alimentaria y en la lucha contra el cambio climático. Los avances en la investigación, como los obtenidos en los cultivos de Texcoco y Sonora, son fundamentales para avanzar hacia una agricultura más sostenible, que permita mejorar los rendimientos y proteger nuestros recursos naturales,” añadió. 

Además de mejorar la biodiversidad del suelo, los estudios han demostrado un impacto positivo en la retención de agua y el secuestro de carbono, elementos cruciales para mitigar los efectos del cambio climático. En este sentido, las prácticas agrícolas regenerativas promovidas por Syngenta, como la rotación de cultivos y la labranza mínima, sumado a insumos agrícolas innovadores, contribuyen significativamente a la restauración de los suelos y la mejora de la calidad del agua, fortaleciendo la seguridad alimentaria a largo plazo.

Este tipo de investigación, en el que participan más de 140 científicos de 30 organizaciones globales, refleja el compromiso de Syngenta con la sostenibilidad y con la innovación aplicada al sector agroalimentario. Con más de 160 campos en 10 países, incluido México, el programa ha demostrado mejoras sustanciales en los indicadores de salud del suelo, favoreciendo un entorno agrícola más equilibrado y productivo.


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